Cada vez nos alejábamos más de la capital colombiana y el camino se hacía montañoso nuevamente.
Ingresamos a la provincia de Boyaca que nos recibió de la mejor manera, con una rica comida. La ciudad de Sutamarchán quedo sumamente marcada por la presencia de los españoles, no solo en su arquitectura sino también en su gastronomía. A lo largo de todas las calles del lugar se pueden encontrar restaurantes que ofrecen una exquisitas longanizas azadas. Sin dudarlo nos dimos una buena panzada de ellas.
Ya con el estómago lleno continuamos camino hasta Raquira, también conocida como la ciudad de las ollas ya que se ha caracterizado por las expresiones artesanales presentes a lo largo de su territorio.
Sus casas exhiben pintorescas decoraciones, son muy coloridas y totalmente prolijas lo que sumado a la tranquilidad del lugar hace que al recorrer sus calles uno disfrute a pleno cada paso que da.
Tejidos de sacos, canastos, vestidos, hamacas, trabajos en arcilla, alfarería y olleros tradicionales se encuentran entre todas las artesanías que se realizan en la zona.
Estas se pueden adquirir a lo largo de la calle principal que está repleta de negocios que se dedican a la venta de las artesanías que se hacen en la zona.
La plaza principal es sumamente armoniosa con el lugar. Todas sus esculturas están hechas en arcilla en honor a los artesanos del pueblo.
Estuvimos solamente dos días pero pudimos disfrutar del ritmo tranquilo que nos regaló la ciudad y sobre todo descansar luego de pasar por Bogota, una enorme ciudad con su ritmo vertiginoso.
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Dejamos atrás esta hermosa ciudad para llegar a uno de los destinos más esperados de todo el viaje, la famosa ciudad de Villa de Leyva la cual se caracteriza por la conservación de su arquitectura colonial en perfectas condiciones lo que junto a sus calles de empedrado, hacen que uno literalmente se sienta que ha vuelto en el tiempo unos 400 años.
Con más de 14.000 metros cuadrados, la plaza principal de la ciudad es considerada la más grande del país. Su aspecto colonial representado en los pisos de piedra, constituye una de sus características principales. En su centro se destaca una pila tallada de piedra que siglos atrás, abastecía de agua potable a los habitantes de la localidad.
Alrededor de la misma, se ubica el despacho de la Alcaldía, museos, hoteles, restaurantes, centros comerciales, almacenes de artesanías y otras edificaciones que en su mayoría, conservan la arquitectura de la época de la colonia.
El templo Parroquial fue construido en 1604. En la edificación de tipo barroco colonial, se conservan los retablos tallados en madera y recubiertos en oro. Sus rasgos arquitectónicos imitan las basílicas y catedrales existentes de Granada y Sevilla en España.
La casa de Don Juan de Castellanos, conocida también como Los Portales, por los arcos de medio punto que componen su estructura y apuntan hacia la plaza principal, se caracteriza por su estilo clásico castellano alberga hoy en día a la Alcaldía de la ciudad.
El Templo de Nuestra Señora del Carmen fue construido en el año 1850 y representa el empalme de dos capillas. La más pequeña fue erigida en honor a la Virgen del Carmen, y la mayor conocida por los lugareños como la Iglesia de Mama Linda, alberga en su recinto la imagen de la Virgen Renovada, icono de veneración local. En el mismo conjunto arquitectónico se encuentra el Convento de las Carmelitas Descalzas.
La zona también es famosa por albergar la casa del Primer Congreso de Colombia, donde nacieron las primeras leyes del país.
También toda la zona está rodeada de montañas donde se pueden hacer distintas excursiones eco turísticas.
Sin duda es un lugar que sorprende, que te transporta en el tiempo y que se disfruta de una manera muy distinta al resto. Cuanto que estamos conociendo y aprendiendo gracias a haber tomado la difícil decisión de dejarlo todo y salir por nuestro sueño. Cada día estamos más que seguros de que tomamos la mejor decisión!!!
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