Luego de muchísimo tiempo volvimos a dormir en una cama “normal”. Desde que salimos aquel 22 de noviembre del 2015 de nuestra casa, pasamos cada una de las noches de este viaje en nuestra casita.
Con el cuerpo renovado después de la caminata del día anterior por las vías del tren nos dispusimos con mucha expectativa a conocer una de las 7 maravillas del mundo, la ciudad sagrada de Machu Pichu.
Las ruinas se encuentran a 5 kilómetros en subida desde la ciudad de Aguas Calientes. Hay solamente dos formas de llegar, caminando o contratando un colectivo. En nuestro caso optamos por subir en el micro y luego bajar caminando, porque el pasaje es bastante caro para la comodidad del bus y el corto trayecto. Elegimos subir al mediodía cuando ya el grueso de la gente empieza a volver, para poder recorrer el lugar un poco más tranquilos.
Voy a comenzar este relato desde la entrada a la ciudad en el camino del Inca donde se encuentra la puerta del Sol o Intipunku. No fue fácil llegar hasta allí ya que tuvimos que caminar casi dos horas en subida con mucho calor pero creo que es el lugar indicado para empezar.
En Intipunku se puede observar la ciudadela desde la altura lo que nos regala una vista increíble.
La ciudad está dividida en dos zonas, la parte agrícola y la zona urbana, divididas entre sí por un gran muro.
Bajando desde la puerta del sol nos encontramos con los recintos del guardián, donde se controlaba el ingreso a la ciudad.
Una vez pasado este punto nos topamos con la famosa postal que siempre añoramos, fue un momento mágico donde no podíamos creer estar ahí en vivo y en directo.
Para ingresar a la ciudadela hay un acceso principal. Fue un momento muy lindo atravesar la puerta que da ingreso a una de las ciudades más míticas del mundo.
Inmediatamente nos encontramos con el sector agrícola oeste. Este está formado por grandes terrazas en la ladera de la montaña. Es el lugar que veíamos desde las vías del tren en nuestra caminata hasta la ciudad de Aguas Calientes. Si te gustaría saber cómo llegamos hasta ahí, no dudes en leer nuestra experiencia acá.
Siguiendo camino entramos a la parte de templos sagrados. Donde se encuentra el templo del Sol, el templo principal y la piedra Intihuatana o reloj del Sol.
Ya bajando entramos en la plaza principal, una verde pradera rodeada por la ciudadela donde varias llamas posan muy tranquilas comiendo pastizales.
Pasando la plaza principal llegamos a la famosa piedra sagrada a la cual dice la leyenda, que cuando uno la toca renueva su energía.
Ya bajando hacia la salida nos cruzamos con el grupo de las 3 portadas y el templo del cóndor, el caserío y por último las fuentes de agua. La vista es impagable ya que la montaña se corta de golpe dejando lugar a un enorme precipicio.
Ya siendo las 17 horas solo restaba lo más difícil a esa altura, luego de todo el día de recorrer había que bajar caminando los 5 kilómetros hasta la ciudad de Aguas Calientes donde nos esperaba una buena ducha para recuperar fuerzas. El camino lo hicimos junto a una familia de la zona con la que compartimos una charla muy amena.
Llegamos ya entrada la noche y el cielo estaba totalmente estrellado por lo que papá se detuvo a retratar varias fotos y con mamá, mientras descansábamos, nos dedicamos a contemplar en silencio tan linda imagen.
El lugar nos pareció increíble y sin lugar a dudas es una de las siete maravillas del mundo, pero lamentablemente lo administra una empresa extranjera no lo tratan como tal, si no que lo ven como una mina de dinero donde a cada visitante hay que sacarle hasta el último dólar posible. Para que tengan una idea, el colectivo para poder subir y no llegar cansadísimo al comienzo del recorrido sale 12 dólares por persona solamente de ida. Al ser el único transporte que hay nos parece totalmente desmedido el costo.
Por otro lado el ingreso a las ruinas es de aproximadamente 50 dólares y si necesitas ir al baño eso se cobra aparte. Termina siendo lamentablemente un despropósito!!!
Para ver todas las fotos de nuestro paso por las ruinas de Machu Pichu entra acá.