Sin duda fue toda una aventura dejar atrás el Valle Sagrado para cruzar nuevamente la Cordillera de los Andes. No solo se llega a los 4900 metros de altura sino que también son 600 kilómetros donde aproximadamente hay 2 millones de curvas, y en todo momento se está subiendo o bajando.
La primera ciudad con la que nos cruzamos y donde pasamos dos días descansando del trajín del trayecto fue Abancay.
A partir de acá el camino se vuelve desolado y de alta montaña, los poblados son pocos y de vez en cuando uno se cruza solamente con alguna que otra vicuña.
Ya a pocos kilómetros de llegar a Nazca el paisaje cambia drásticamente, dejamos atrás el verde de la montaña para encontrarnos nuevamente con el desierto de arena blanca donde nos cruzamos con el Cerro Blanco que tiene una altura de 2.800 metros lo que lo convierte en la duna más alta del mundo.
Tardamos 4 días en recorrer 600 kilómetros para por fin llegar a la famosa ciudad de Nazca, casa de las famosas líneas y geoglifos de la cultura Nazca.
La ciudad es muy tranquila, nos estacionamos en una enorme estación de servicio con todas las comodidades donde pasamos dos días muy tranquilos reacomodando y organizando nuestra casa. Pasamos del frio al tan esperado CALOR!!!
Allí conocimos a dos viajeros peruanos que en su escarabajo estaban yendo hacia Chile. Ellos son de Lima y pasamos juntos una tarde donde papá y mamá compartiendo unos ricos Chilcanos, un rico trago a base de Pisco fermentado en maracuyá acompañado de una bebida gaseosa de limón.
Las líneas de Nazca están ubicadas a unos 25 kilómetros de la ciudad, son cientos de figuras de distintos tamaños, algunos sencillos y otros un poco más complejos.
Las que más se destacan son las figuras de animales, aves, plantas y hasta humanas.
La zona es una de las más áridas del mundo y esto ayuda en la conservación de las líneas aunque la mano del hombre se ha encargado de deteriorarlas bastante, lo más llamativo es la ruta Panamericana Sur que cruza por el medio de la línea de la lagartija dividiéndola en dos partes.
Para conocer las líneas la forma más usada es contratar un tour en una avioneta, pero el valor superaba ampliamente nuestro presupuesto, por lo que optamos por otra opción que es tomar la ruta Panamericana hacia Ica, allí nos encontramos con un mirador de unos 25 metros de altura al que se puede acceder por una mínima entrada para contemplar algunas de las líneas.
Se pueden observar la figura del árbol, la mano, la lagartija y el pájaro. Más que nada uno se lleva una idea de cómo están conformadas, son surcos en la tierra no muy profundos ni anchos y que se han mantenido con el paso de los años en perfecto estado por el tipo de clima de la zona.
Al bajar del mirado tuvimos el placer de encontrarnos con dos personas que se convertirían en grandes amigos y compañeros de viaje por más de un mes. Una pareja de colombianos viajando en su auto. Ellos son Beto y Janet.
Dejamos atrás la ciudad de Nazca para sumergirnos en el desierto de Ica donde haciendo un pequeño desvió nos encontramos con el oasis de la Huacachina. Una laguna de aguas verdes en el medio de un desierto de arena blanca.
El lugar tiene un hermoso malecón, varios hoteles y está rodeado de enormes dunas desde las cuales se tiene una hermosa vista panorámica del oasis.
Les dejo un fuerte abrazo, no dejen de suscribirse, nos vemos en la próxima aventura.
Para ver todas las fotos de nuestro paso por estos dos hermosos lugares no dejes de entrar acá.
Recien los he encontrado. Los conocí en Punta Arenas, poco antes de que iniciaran este maravilloso viaje. Han pasado ya varios meses desde aquel encuentro casual en el sur de Chile, pero pese al tiempo transcurrido los recuerdo siempre y he hablado con muchos rodantistas amigos de vuestra aventura. Supongo que siguen disfrutando y no me caben dudas que habrán de concretar el sueño que se han propuesto. Me alegra saber de ustedes y espero que coronen con todo éxito este fantástico viaje. Mucha suerte. Los abrazo a la distancia. Jorge.-
Hola Jorge que alegria tener noticias tuyas. Como veras seguimos de a poco creciendo en el camino, de a poco vamos avanzando a nuestra meta. El camino es largo pero fantástico. Te mandamos un fuerte abrazo a la distancia