A los pocos kilómetros de salir de Guayaquil con dirección a la playa de Salinas nos encontramos con un hermoso Santuario de la Divina Misericordia. Fue construido hace muy poco pero el año pasado recibió la visita del Papá Francisco.
En él hay una silla muy trabajada y bonita que fue construida especialmente en el año 1985 para una visita que realizo el Papa Juan Pablo II a la ciudad y que también fue usado en esta oportunidad por Francisco. Esta elaborada en palo de vaca y madera negra e inspirada en símbolos de las culturas aborígenes de la costa.
Ya volviendo a la ruta y a muy pocos metros del lugar visitamos el área nacional de recreación Parque Lago donde se puede observar un lindo lago creado a partir de una represa sobre los ríos Chongon y Perdido. En el lugar se pueden hacer deportes acuáticos, paseos en bicicleta o a caballo y también hay mesas y parrillas para disfrutar de una rica comida en familia.
Llegamos ya de noche a la ciudad de Salinas que lleva su nombre por las enormes fuentes de sal que hay en el lugar.
Estacionamos atrás de la Iglesia de la Misericordia, un lugar totalmente estratégico y tranquilo. Teníamos a una cuadra la playa del centro y hacia el otro lado a una cuadra también la playa de Chipipe. Enfrente hay una plaza que por la tarde se llena de loros de cabeza colorada que parlotean sin parar.
La plaza cuenta con baños y duchas, el supermercado queda muy cerca y por el lugar no pasa nadie, reina una paz constante y donde en el tiempo que estuvimos arribaron muchísimos viajeros como nosotros.
La ciudad está rodeada de edificios y casas que son usadas solamente para veraneo, al principio en la semana no se observaba movimiento pero el fin de semana se llenaba de gente. De noche se puede tener una vista increíble con todas las luces de fondo y proyectadas sobre el mar.
El agua es sumamente cálida, de un color hermoso y totalmente calma. La zona es una larga península y en final se encuentra la Chocolatera, un lugar obligado a visitar. Lleva su nombre porque aquí convergen dos corrientes de agua que al chocar con las rocas generan espuma y vapor y dan al agua un color más oscuro como su fuese una tasa de chocolate.
Hay un hito que marca el punto más sobresaliente del continente en Ecuador y el segundo de Sudamérica, ya que el primero se halla al norte de Perú.
Muy cerca de ahí se llega a un mirador desde donde se puede observar toda la ciudad con las orillas del mar a cada lado.
En el lugar se puede visitar una sala de interpretación de la fauna marina y también se observa el final de la península de una forma maravillosa.
Otra de las playas más visitada es la del Mar Bravo donde hay una pequeña lobería.
En esta, las olas son inmensas y es el lugar indicado para hacer surf. También desde aquí se pueden observar unos atardeceres increíbles.
Muy cerca se encuentra la ciudad de la Libertad donde hay un enorme mercado y donde se pueden conseguir pescados y mariscos pero sobre todo muchas frutas y verduras por muy poco precio.
También tiene un hermoso malecón que al tener escolleras hacen que el agua forme una tranquila pileta.
Salinas también tiene un lindo y largo malecón que por las noches es un paseo obligado y donde hay diversos espectáculos callejeros.
Estuvimos casi dos meses trabajando en la playa vendiendo pastafrolas y collares de piedras. Sin saberlo la magia del camino hizo que llegásemos justo para la temporada de vacaciones de la gente de la sierra lo que hizo que la ciudad esté llena de gente constantemente.
Hicimos muchísimos amigos en todo el tiempo que estuvimos y por las comodidades y como nos trataron nos sentimos como en casa. Fue difícil volver al camino porque es nuevamente salir a lo desconocido, pero es parte del aprendizaje de este viaje el comenzar desde cero para construir un hermoso futuro. Sin lugar a dudas este es un lugar que jamás podremos olvidar.
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