La ciudad de Viñales se encuentra inmersa en un enorme valle verde rodeado de montañas, en el occidente cubano. Sus calles están bordeadas de hermosos y coloridos chalet de madera y los alrededores se hayan cubiertos de plantaciones de tabaco, lo que sumado a un clima primaveral a lo largo de todo el año, hace que este destino sea de paso obligado al visitar la isla.
Nos encontrábamos en la ciudad de la Habana y para recorrer de forma económica los 180 kilómetros que nos separaban de Viñales hicimos una larga combinación de vehículos.
En primer lugar nos tomamos una guagua (bus cubano) la línea P12, en el parque Curita, en pleno centro de la Habana. Pagamos por 0.40 MN por cada uno y tardamos en llegar unos 30 minutos hasta el puente de la calle 100 o puente 100.
Segundo: caminamos 1 kilómetro por la autopista que va en dirección a Pinar del Rio, hasta el playón de camiones que va a este destino. Allí tomamos un camión que nos salió 50 MN por persona y tardamos 3 horas en llegar.
Tercero: el camión nos dejó cerca de la terminal de buses, por lo que caminamos hasta FrutiCuba (una gran tienda de comestibles) donde se encuentra la parada del bus 6, el cual tomamos por 0.20 MN y que nos llevó hasta el hospital que se encuentra en la salida de la ciudad.
Por último, frente al hospital hicimos una larga cola para tomarnos una maquina compartida por 1 Cuc por persona y esta tardo 45 minutos en llevarnos hasta Viñales.
El costo final fue de 3.2 dólares por persona.
Ni bien llegamos a Viñales buscamos alojamiento, nos costó un poco encontrar por el precio que queríamos ya que el lugar es sumamente turístico y como era nuestro último destino ya nuestros bolsillos flaqueaban. Pero solo fue cuestión de salir del centro y encontrar un hermoso lugar al cual recomendamos totalmente.
Nuestro alojamiento fue en:
Villa los Pinos
Calle Salvador Cisneros Interior #7 Detrás del Policlinico
Teléfono fijo 48684122
Teléfono Móvil (+53) 54055569
Email: amar.pino@nauta.cu villalospino@gmail.com
Costo 15 Cuc por noche la habitación para 3 personas.
Como les contábamos, esta ciudad es pequeña y está rodeada de hermosos y pintorescos chalet de madera por calles súper prolijas y llenas de flores; lo primero que hicimos fue recorrerla de punta a punta.
Luego dimos una vuelta por sus alrededores perdiéndonos por interminables caminos que atravesaban los campos totalmente sembrados de tabaco.
En toda la zona hay distintas fincas familiares que siembran tabaco, lo cosechan y arman puros. Tuvimos el placer de visitar El Rancho Alegre donde de forma gratuita nos dieron un paseo por toda la finca y nos enseñaron integro el proceso desde la hoja hasta el ya terminado famoso puro cubano.
También hicimos una larga caminata hasta el Hotel los Jazmines, el cual cuenta con un hermoso mirador a todo el valle con las montañas (o mogotes como se los conoce) de fondo.
Solo estuvimos un día, durante el cual caminamos, no mucho, sino muchísimo por todo el lugar. Fue poco lo que nos quedamos por allí ya que el tiempo de estadía en la isla se nos acababa y nos faltó mucho por conocer, pero valió totalmente la pena llegarnos hasta aquí para conocer un lugar totalmente distinto al resto de Cuba.
Al otro día emprendimos la vuelta hacia la Habana.
Desde la avenida principal de Viñales hay que parar una maquina o camión que vaya a Pinar del Rio. Nosotros fuimos en camión por 10 MN cada uno. Tardamos 40 minutos.
Nos bajamos en el hospital a las afueras de Pinar del Rio, ahí caminamos 100 metros por la avenida Rafael Moralez hasta la parada de buses. Tomamos una Guagua hasta el centro que nos costó 0.20 MN por persona.
En la terminal fuimos hasta la puerta 1 donde salen los camiones hacia la Habana. El mismo nos salió 50 MN por persona y nos dejó en el playón de la calle 100.
Desde el Playón caminamos hasta la Avenida Boyero y tomamos la Guagua P12 hasta el centro de la Habana por 0.40 MN.
Este fue nuestro último destino en Cuba, desde acá nos despedimos, sabemos que no es un adiós sino un hasta la próxima.
Nos fuimos totalmente enamorados de este país, que el tesoro más grande que tiene sin dudas es su gente. Fueron 29 días totalmente intensos, física y emocionalmente. Caminamos más de 10 km por día, recorrimos casi 3500 kilómetros, visitamos sus ciudades más importantes, y aunque nos faltaron las playas, que se dice que son paradisíacas, siempre hay que dejar algo por ver para la próxima. No recorrimos como turistas sino que en todo momento lo hicimos como 3 cubanos más, lo que nos permitió relacionarnos con cientos de personas y llevarnos una imagen muy distinta a la que teníamos. Como ya dijimos anteriormente, Cuba no tiene medias tintas, o la amas o la odias. Para nosotros fue amor a primera vista!!
Cuba querida hasta la próxima!!!
Para ver más fotos de Viñales podes hacerlo acá.