En México existe una red de Pueblos Mágicos los cuales han recibido este reconocimiento por tener atributos simbólicos, leyendas, historias, por vivir algunos hechos trascendentes en la historia o por su vida cotidiana llena de magia. Hemos visitados varios de ellos pero hay uno que supera toda magia y su nombre es IZAMAL!!!
Conocida como la ciudad de las Tres Culturas, porque en ella conviven tres periodos históricos: pirámides Mayas, un increíble convento de la época de la colonia y sus casas, calles, edificios y plazoletas actuales, todos unidos a la vista por un solo color, el amarillo.
Sin lugar a dudas un lugar que jamás olvidaremos!!!
La ciudad fue pintada uniformemente por voluntad de autoridades e izamaleños para mantener la galanura y encanto de las épocas pasadas que la hacen singular por su aire señorial pero que sigue en el paisaje regional.
El principal atractivo de la ciudad sin lugar a dudas es el Convento de San Antonio de Padua, una de las edificaciones más importantes de Mesoamérica!
Este convento está situado en la meseta del cerro mayor de Izamal, y al que una vez entrando nos podemos maravillar con sus 75 arcos que conforman el atrio cerrado más grande de América y el segundo más grande del mundo; aquí vimos un monumento que recuerda la histórica visita del papa Juan Pablo II en el 93, toda una maravilla para el Turismo Religioso.
Al pasar al interior del Convento nos topamos con un bello retablo estilo barroco cubierto con baño de oro y nichos con imágenes como de “Santa Lucía” y la “Coronación de la Virgen como Reina del Cielo” y abajo la imagen de la Virgen de la Purísima Concepción.
La ciudad de Izamal, fue conocida también es su momento como ciudad de los cerros, por tener en la zona 5 enormes pirámides Mayas las cuales durante mucho tiempo, antes de ser expuestas, fueron consideradas cerros por los locales.
En pleno centro de la ciudad se encuentra el sitio arqueológico Kinich Kakmó, su pirámide principal mide más de 200 metros de largo por 180 metros de ancho, siendo una de las más grandes de América. Estaba dedicada a una deidad solar que en forma de guacamayo de fuego descendía diariamente a recoger las ofrendas que se le hacían.
Luego de subir una buena cantidad de escalones nos deleitamos con una hermosa vista 360 grados de la ciudad y todo el valle que la rodea!!!
Fue una experiencia maravillosa la de conocer este pequeño pueblo yucateco. Dormimos en su plaza principal; en la semana el lugar es sumamente tranquilo y los fines de semana arriban visitantes de distintos lados por lo que aprovechamos para vender nuestras artesanías y ricos alfajores. La gente que lo habita es sumamente amable, de ritmo tranquilo y muy predispuesta a conversas con el turista!
Sin lugar a dudas es un destino que recontra recomendamos conocer si estas de paso por estos lares.
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