Ecuador es un país muy pequeño en comparación al nuestro. Por su tamaño es sorprendente la cantidad y variedad de lugares “hermosos” que tiene para conocer.
De camino a la laguna de Quilotoa nos cruzamos con la bella laguna de Yambo. La misma esta al costado de la ruta panamericana y vale totalmente la pena detenerse aunque sea unos minutos a contemplar la vista que nos regala.
Desde lo alto se observa un enorme ojo de agua color verde, encajonado y atrapado entre dos enormes montañas pedregosas con las sierras de fondo.
A muy pocos kilómetros de la laguna nos encontramos con el pueblo de Salcedo, un lugar por demás de nombrado en todo el país por sus famosos helados de fruta en forma de cono.
Sin pensarlo dos veces, y siendo todos fanáticos del helado nos detuvimos en una de las tantas fábricas que hay en el lugar. Los gustos son variados pero todos de y fruta con trocitos frescos. Fue un rico mimo a la pansa.
Desviándonos de la panamericana en dirección a Quilotoa nos adentramos en la ciudad de Pujilí. En esta parece que el tiempo no ha pasado y mantiene un estilo colonial.
Nos perdimos por bastante tiempo es sus pequeñas calles, recorrimos sus mercados, plazas y hasta tuvimos la oportunidad de entrar a la casa de gobierno con sus parques totalmente decorados.
Nos detuvimos en cada una de las viviendas a observar las hermosas puertas de maderas talladas a mano que tienen. No es un lugar que ofrezcan los paquetes turísticos pero vale la pena detenerse a conocer ya que es de paso obligado para ir a la famosa laguna de Quilotoa.
El camino a partir de Pujilí se vuelve totalmente sinuoso y pasa a bastante metros sobre el nivel del mar lo que hace que la temperatura descienda abruptamente.
La última atracción antes de llegar a nuestro destino es el imponente cañón del río Toachi. Una enorme grieta en la montaña que se formó por distintos terremotos hace miles de años nos invita a contemplar la enormidad de la naturaleza que nos hace sentir tan diminutos ante ella.
La laguna de Quilotoa es el cráter del volcán más occidental de Ecuador rellenada de agua, que debido a los minerales que contiene posee un color verde esmeralda ESPECTACULAR!!!
Llegamos con las últimas luces del día y muchísima lluvia por lo que conocer tan renombrado lugar tuvo que quedar para el próximo día. Uno de los tantos beneficios de llevar nuestra casa a cuestas.
El lugar se formó hace casi 800 años por la erupción del volcán. Cuando uno camina hasta la orilla del mismo y ve el enorme cráter que tiene lleno de agua formando la “Laguna de Quilotoa” es inevitable decir guauuuuuuuuuuuuu, que lugar!!!
Papá y mamá prepararon la mochila con todo lo necesario para una larga caminata en descenso por el cráter para llegar a la orilla del lago que duró una hora aproximadamente. Fueron cientos de fotos las que papá saco a lo largo del trayecto retratando las distintas vistas del lugar.
Por suerte el día estaba totalmente despejado lo que hacía el color del agua muchísimo más intenso e impactante.
Llegar a la orilla y poder tocar esa agua transparente fue totalmente refrescante después de tanta caminata. Nos sentamos en el muelle que hay en el lugar a contemplar en silencio la paz que rodea el lago. Cada uno se quedó meditando absortos en sus pensamientos por largo rato. Fue un momento mágico que quedara grabado para siempre.
Lástima que lo bueno termino y nos tocó subir todo lo bajado, llegamos muuuuy agotados por el esfuerzo físico, pero felices por el increíble lugar que conocimos. Nuevamente confirmamos que estamos más que contentos con la decisión que tomamos al dejarlo todo para ir en busca de nuestro sueño!!!
Para ver todas las fotos de la Laguna de Quilotoa y sus alrededores, entra acá.